martes, 7 de mayo de 2013

El arte de aconsejar

"A menudo me sorprendo aconsejando a la gente. Soy una excelente consejera, tengo éxito en la mayoría de los casos que acuden a mí. Digamos que soy 90% efectiva porque el 10% no sigue mis consejos, y ahí es donde yo digo "Te lo dije". Sé cómo aconsejar a la gente, es muy cierto. 

Cuando alguien me cuenta una historia hago preguntas fundamentales acerca de los personajes. Les pregunto por ejemplo, qué sienten por cada uno, qué hubieran hecho en el lugar de la victima, o en el lugar del victimario. Les pregunto si fueron infieles porque estaban cansados de la rutina o si son infieles por rutina. Y a las enamoradas del amor les cuento que eso se acaba y hay que estar preparada. 

El diez por ciento que no sigue mis consejos, ese me preocupa. Y me tiene bastante consternada porque yo integro ese 10%. Sé cómo aconsejar a amigos, familiares y gente que trabaja conmigo, pero jamás supe cómo aconsejarme. Soy la psicópata perfecta, y déjame que acuñe ese término que es tuyo. ¿Por qué no puedo hacerme caso? ¿Por qué cuando me hago caso nunca funciona como quiero? ¿Por qué soy tan mala aconsejándome

Como cuando salvé el noviazgo de una de mis mejores amigas cuando la tercera en discordia era otra de mis mejores amigas. O cuando le aconsejé a aquella otra amiga que saliera a caminar y no gastara tanto. Le dije que desde una habitación las cosas se ven reducidas, como un estúpido gran hermano sin sentido. 

Que uno encerrándose ve todo demasiado subjetivamente y el mundo se reduce a un departamento de 90m2 o una casa de country de 465 m2, no importa. El mundo reducido nunca puede ser bueno, así vivas en la playboy mansion. 

Y le dije que saliera, que tomara caminos diferentes, que se perdiera. Me odio. Me acuerdo de mi y me odio. Le dije: "no salgas a comprarte ropa. Salí de esa casa, estás en otro país! Conocé todos los lugares donde yo no puedo ir. Salí con la cámara y sacate fotos con esquinas desconocidas, hacelas tuyas. Antes que nada, levántate cuando no tengas más sueño, no dejes que te despierte la alarma.

Date un baño de agua caliente y al final, cuando estés por terminar, dejá que te moje el agua fría. Después, ponete hermosa o cómoda, que finalmente no es lo mismo. Y salí, tomate un colectivo, un taxi, lo que puedas pagar, intentá tomar caminos alternativos, no cruces ninguna calle que conozcas. 


Hacé de esas ciudad desconocida, TU ciudad. Y conocé personas, hablá con los mendigos, hablá con los mozos, hablá mucho. Permitite perderte. Alguien dijo que perdiendote conocés gente. Preguntá siempre dónde estás y a veces dejate estar sin saber dónde. Conocé un árbol que te guste, sácate una foto y mostrámelo cuando vuelvas. Cuando yo visite ese país, quiero ir a visitar el árbol de tu foto, esa esquina desconocida, ese bar que encontraste mientras creías estar perdida". 

Cielo Latini 

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