-¿No me quieres?
No importa,
ya me quiero yo.
Me voy, no me llames,
no hace falta que hablemos…
pero no llores,
ni me busques,
ni me insistas,
ni me apartes de este camino
que tú quieres que tome.
No me molestes,
ni me contradigas,
ni mucho menos cargues contra mí
cuando tú eres quien decide esta ruptura;
no intentes darle la vuelta a la tortilla,
ni pretendas hacer que me sienta mal,
o que yo esté pendiente de ti.
Mi indiferencia hacia ti
es para satisfacerme a mí,
para estar conmigo,
nunca para hacerte daño,
ni provocarte curiosidad o
atraerte de forma alguna.
Eso, vivir mi vida sin ti,
es lo que quiero hacer ahora.
Carlos Burgos
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